Elegy
Amarga, dolorosa, exquisita. Hay veces que uno no expresa. No camina. Miente. No actúa. Actúa mal. ¿Por qué? El miedo. Es el invitado no invitado. El que está al lado sin llamarlo. Lo penetra todo, tu cerebro, tu piel, tu sangre, tus entrañas. Y te paraliza. Ensucia el amor, el sexo, la lealtad a uno mismo. Y hay que limpiarse.
Salgo del cine. Camino. Elegy me revienta en la cabeza, pienso: las mujeres bellas no se ven. Hay que mirar dentro de ellas. Es un buen ejercicio. Mirar a través de sus pechos, de su tripa, de su culo…
Comentarios
Con tu permiso (y sin él) te enlazo. En caso contrario te pierdo.
OK sobre Kundera.
Un saludo
Tomás