Por un bocadillo…

Una mujer desliza el papel de plata de su bocadillo matutino; al pasar huelo el pan mezclado con queso manchego y recuerdo mi tiempo de recreo, me viene a la memoria la campana que determinaba el inicio de unos minutos libres. Sentada en el banco de hierro desenvolvía el mío con ilusión; una falsa ilusión porque yo veía como mi madre preparaba mi bocadillo cada mañana. Ante mi dos tostadas de pan con un poco de jamón york o una loncha de queso. Si, era de aspecto triste porque yo era una niña perpetuamente a régimen. Así que cada mañana miraba de reojo los demás bocadillos, sobretodo los que traían las gemelas patricia y mónica, aún hoy puedo verlos: enormes, hechos con pan de barra y rellenos abundantemente con tortilla de patata. Espectaculares. Recuerdo y me sonrío de la imagen que dibujo en mi cabeza de ese recreo de 5º de EGB.

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