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Mostrando entradas de diciembre, 2010

el silecio del otro...

Hay historias que se van acabando, apagando, diluyendo con el silencio de uno de los dos. Esa chica de la maleta quiso poner fin, y al final sucumbió a su palabra. Ahora ella percibe que él, ha firmado la sentencia del final, del silencio; y se siente ninguneada. En el fondo es ella la que se ninguneó. Se abandonó antes. Rompió su límite porque ese límite se había escrito desde la idea de que él saltaría a sus brazos; la respuesta fue otra. Ahora esa chica de la maleta esta rabiosa porque él ha decidido terminar poniendo el silencio entre los dos. Le jode que haya sido él quien haya cerrado. Y haya cerrado con el silencio, con la no acción. Que triste se siente ella. Este fin de semana, esa chica de la maleta, ha hecho parada y fonda. Ha recalado en su propia casa Ha estado con ella. Se ha calmado. El dolor continúa. La rabia tiene un gran lugar en su cuerpo. ¿Cómo una se desprende del dolor y de la rabia?

reencuentro con la Red...

Volver a encontrarse con los amigos en la red ha tenido algo de eufórico. Hace un año arranqué el cable que me conectaba con el “espacio” de la red. Facebook había podido conmigo, me había succionado y no supe controlarlo; así que un buen día decidí irme. Hasta hoy. Y hoy he vuelto a este escenario irreal, diferente al escenario físico. Más ágil, menos problemático (o no…según diálogo), menos comprometido, más cómodo para las amistades de medio pelo; no es una expresión peyorativa, sino califica lo que yo siento de algunas de las amistades de la red, mas livianas, mas ligeras… Tengo la sensación que un día abandoné esa ciudad y ahora tras un año, he vuelto…visitas sus perfiles-casa y ves que la gente ha seguido con su vida, le han pasado cosas que tu desconocías, te encuentras nuevas personas, nuevas ideas…nuevos proyectos… Extraño este mundo de las redes sociales.

Los museos del todo “a 100” chinos

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¿Alguien ha entrado en alguna tienda de chinos sin la intención de comprar? Imposible. Estas tiendas tienen una extraña combinación. Son horrendas y deseables en la misma medida. Pasas primero por la galería de la exposiciones temporales; en estas fechas la de motivos navideños, bolas desiguales, abetos blancos, rojos y algún verde, espumillones excéntricos…dejando la cantinela de algún villancico, te sumerges en la vajilla de casa, a la lado la galería del plástico junto a papelería… y el olor a lejía te conduce hasta la última galería; la de la limpieza. Y ellos, los vigilantes orientales mirando fijamente para que no toques ninguna “obra de arte”. Ayer casi salgo con una panera de bimbre, convencida que entre tanto horror barato esa panera no podía seguir ahí por mucho tiempo.Pero no tuve el valor de salvarla. Pensé que el chico noruego que intentaba saber donde estaban las escobas tenía cara de buen salvador…así que, se lo deje en sus manos”.