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Mostrando entradas de 2009

una instantánea en días nuevos

Vientre reventado. Paseo por mi ciudad mientras el autobús me lleva de un suspiro a otro. Parada. Imagen. Una terraza, una pareja, una planta, palillos, servilleteros, dos cortados y dos personas juntas y deparadas; miradas perdidas en el infinito. No se tocan, no se hablan, no se silban; uno fuma, otra deja que todo su pensamiento recaiga en el dorso de la mano. ¿Que estarán pensado? ¿Qué miraran o que no miraran? Sus cortados están intactos, pulcros, sin remover, sin azúcar; el arranque del autobús me despierta de mis ensoñaciones. Y los dejo ahí inertes, sin comunicación, impasibles por quien les mira. Viaje hacia otra instantánea.

Prenez soin de vous

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Veo su cuerpo desnudo y me estremezco. Lo miro en la distancia, como si fuera publico de algo que ya no me pertenece. Lo miro y pienso: “Este cuerpo fue mío, durante horas lo exprimí, lo engullí” Ahora debe ser pasto de otros muchos labios aparte de los de su esposa. Y, todavía siento un leve dolor en el estómago. Lo miro en una foto sonriendo, con su guitarra y me hipnotizo… me dejo llevar por esa sonrisa de niño travieso, y pienso: “Esa guitarra toco para mi” Ahora debe estar a poyada en otras paredes recubiertas de oídos expectantes. Observo como le envuelve su humo, su café y asumo su nicotina y su cafeína. Me miro y me sorprendo, todavía tengo ganas de él.

En continuo movimiento

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Era pequeña y sentí la lluvia en mi cuerpo, como caía indecente; convirtiéndose en agujas que casi podían atravesar mi piel… intente resguardarme de ella pero no pude, me quede inmóvil, quieta…. Mirando hacia arriba, intentando saber de donde venía, y porque caía justo donde yo me encontraba… empapada pude caminar unos cuantos pasaos y refugiarme en un portal gris, oscuro; pero al fin y al cabo un hueco sin lluvia. Y desde la barrera seguía contemplando la lluvia, una lluvia que cada vez arreciaba más, se engrosaba, se hacia más y más pesada; las gotas empezaron a tener vida propia, grandes globos a medio hacer que al caer en el suelo explotaban tan brutalmente que me salpicaba; sentía que me estaban retando, que me decían: ¡Vente, sal fuera… no seas cobarde… va niña! no te vamos a hacer nada…¡ y yo acurrucada en la esquina de ese portal intuía que no debía salir, que debía estar ahí porque en un momento u en otro se irían, dejarían de caer… y yo podría correr hasta mi casa para estar

táctica y estrategia

Mi táctica es mirarte aprender como sos quererte como sos mi táctica es hablarte y escucharte construir con palabras un puente indestructible mi táctica es quedarme en tu recuerdo no sé cómo ni sé con qué pretexto pero quedarme en vos mi táctica es ser franco y saber que sos franca y que no nos vendamos simulacros para que entre los dos no haya telón ni abismos mi estrategia es en cambio más profunda y más simple mi estrategia es que un día cualquiera no sé cómo ni sé con qué pretexto por fin me necesites mario benedetti (gracias por ser)

catarsis

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El olor a puro madrugador me infecta las fosas nasales, me recorre las neuronas y me paraliza, conectándome de repente con una parte de mi historia. “Julián, salía del bar todo “ pincho ” y fumando uno de esos apestosos puros que Elvira le había comprado en el estanco-tienda de la playa mayor, y yo surcando su perpendicular inhalaba su aliento. Junto con eso debía tragar uno de sus piropos, a los que debía sonreír, por cortesía, porque era vecino del pueblo, porque son familiares (lejanos pero de la familia…) y me hacía vomitar… Cuantas veces pensé en cogerle el puro, aplastarlo contra el suelo, y escupirle en la cara; diciéndole: “ Que asco me da señor Julián ”. Pero me callé y a veces pienso que eso está atascado en mi vientre, en mi cerebro”.

besos, besos y mas besos

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Besos . Ácidos. Dulces. Largos. Engañosos. Sabrosos. Únicos. Verdes. Lamineros. Adúlteros. Entrecortados. Rancios. Limpios. Azules. Tuyos. Suyos. Angustiosos. Revueltos. Antisemitas. Definidos. Sutiles. Estos los definen (a ellos). Y ellos se acercan sin preguntar; cuando su agenda está libre, sin recargos y te atrapan sin saber. Pero una ya no es la misma, y no cae en la red. Sabe sortearla, saltarla, esquivarla. Ellos nos gustan (algunos). Los necesitamos, los requerimos, los estrujamos. Y en nuestro deseo de tenerlos los ahogamos. Alguien tiene la fórmula para que el deseo no ahogue el beso .

las reglas del triciclo

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Era pequeña y salía los domingos de sol con mi padre, el triciclo y mi pelo corto; a desparramarme por el parque grande. Mi triciclo era mi gran aliado, cabeceaba durante todo el trayecto, chirriaba en los semáforos y tintineaba cuando las piedras le daban en una rueda… entonces llegaba el momento de trabajar… y yo me montaba falda de pliegues y mirada clara. Lo sabía, pedalearía toda la mañana delante de mi padre… él siempre debía dejarme un espacio, aire, libertad…. Desde pequeña quería correr delante de los hombres, quería sentirme libre… Pero advertí pronto que eso no ocurría siempre, noté que ellos insistían en adelantarme, en alcanzarme y no dejarme aire. Y no entendiá nada porque yo aún gritaba desde mi triciclo: “no no atrás, mas atrás” pero ellos nada. Sordos. Intentaban acercarse, pegarse a mis labios, a mi alma, a mi cabeza, a mis pensamientos… y aun no comprendo como ellos no conocen las reglas del triciclo. Básicas. ¿No creen?

Vous ne sont pas de moi

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Intenté levantarme, despegarme de tus pestañas y no pude. Intente acercarme a tus labios y, no pude. Intenté abrochar mi cuerpo con el tuyo y, no pude. Intenté participar de tus sonidos y no pude. Intente morder tus mejillas y no pude... Vagué sin descanso entre mis propias negativas y aterricé en la idea del porqué no podía: No pude porque no eras mío.

barquito

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Lamentó que él no la hubiera amado, lamentó que él no hubiera muerto por ella, lamentó que no se desangrara ante sus ojos, lamentó que él no se ahogara gritando: “no me abandones”. Lamentó que no se consumiera pensando en porque lo rechazó. Lamentó que no siguiera arrastrándose, lamentó que no luchara; que le dejara ir como quien deja marchar su barquito preferido por la corriente del río y, desde la orilla se quedara inmóvil, seco, inerte… Mientras navegaba, pensó: “no es la primera vez que me dejan ir”

Lenguajes diferentes:

My blueberry nights Antony and the johnson Rutas salvajes El beso de "bear" La Mirada de luba El grito de una tetera en un ático de Manhattan Olor a jazmín con mantequilla a la hora del té... "Aire, té, antony… un viaje fantástico".

la espera

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Estando a la espera de que se abra la puerta, a salir a escena, a atravesar un bar, a que te den mesa, a llamarlo, a que te llame, a que te inviten… la espera. En esa espera puedes recrearte en un mundo lleno de diálogos propios, ajenos, meditados, o espontáneos. La espera es como una vigilia, uno no hace lo que desea pero piensa en lo que va a realizar… la espera no debe ser muy larga en el tiempo porque sino se como el propio acto, engulle su protagonismo y hace que la escena pierda fuerza…Aunque a veces la espera ayuda a cimentar lo que uno va a hacer, o lo que no quiere hacer… la espera. Es como el limbo; uno espera entrar a un lugar (no sabemos si mejor o peor) pero seguro, diferente. Dicen que quien espera desespera. Supongo que a veces, solo a veces, es así…

O = A, A = O,

En medio de la noche O siempre apaga su lámpara y marca un teléfono memorizado, sabe que tras tres o cuatro tonos aparecerá A : bostezando, tranquilo, a veces tumbado en su cama, otras con su gente de copas, otras ilusionado por una buena noticia; pero siempre tras el auricular.... O y A eligieron mirarse a los ojos una tarde de otoño. Fue intenso. El recuero de O es especialmente dulce (besos, roces, abrazos intensos...recuerda que no podían despegarse) (aquí dejo espacio para el recuerdo de A ) La vida les dio tiempo para mirarse, para rozarse...a través de una línea telefónica, pero no el suficiente. Un martes por la tarde O , de repente, echó en falta a A , se obsesiono con su NO presencia, con su NO abrazo… y con su NO… Colgó el teléfono…Lo dejó…. a veces (solo a veces) una conversación alimenta más el espíritu que un roce de cuerpos

, sin su permiso…

Las calles frías, resbaladizas, inquietantes, encogidas… me llevan a un lugar pequeño, lleno de detalles sin descifrar; mirando al fondo, en una esquina… Ella; corta de falda y espléndida de escote, luminosa de purpurina, es la puta de mi barrio. Como si de un objetivo se tratara, enfoco su cara, sus ojos, lilas, pequeños; unos ojos que susurran a lágrimas: “ Quiéreme, estés donde estés quiéreme. Aunque no te vea, aunque no te toque, aunque no te aliente… quiéreme. Ámame a escondidas, entre los rincones, por la virilla, en los dinteles… agárrame entre el aire de mi espacio, asfíxiame sin demora, chupame sin tiempo, marchítate en mi boca… “. Me sonrojo. Desenfoco. Marcho con la extraña sensación de haber atravesado las entrañas de una mujer desmesuradamente sensible, para el frío que corre por estas calles deshumanizadas.

"no contact"

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Es curioso como a veces me quiero evadir del mundo, de la humanidad, del tumulto, de borrreguismo; somos una masa que va, que fotografía, que habla o mejor charlotea, que transita, que va y viene a ninguna parte. Apago mi móvil, cierro las persianas, conecto mi DVD y engullo Croissant sin sentido. ¿Es incompresible mi autismo, sobretodo dentro de un domingo que agoniza dentro de regalos infames para los “seres queridos”? Cuando la gente pide mi atención me ahogo, me agobio, y me escurro en mi mundo. Me siento como uno de mis peces que es imposible coger, son resbaladizos, esquivos. O como mi gata “mina”; ella viene cuando quiere, nunca cuando yo deseo acariciarla. Me irrita la falsedad de la gente. De su sumisión al sistema. De cómo tragan los 50%, 70%... sin sentido, sin planteamientos… Hoy estoy en huelga de contacto humano.

el 9 trae regalo

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Salir, entrar... Año 9 dc. de C. Tú con vestido arlequín, pasas de un tono a otro recorriendo un línea llena del néctar de Dionisio. El 9 te mira, te invita, te tienta, te reta, te adivina, no te miente (es un año mas), te agudiza, te muestra y no te muestra, te arropa, te deja, te asume (tú a él) y te sorprende. Color, luces y ruido descifrado en notas musicales... Cava, mucho cava.. y desplomada en un sofá siglo XVIII te desvaneces en una plácida despedida. El 9 se despierta en su primer día de reinado. Regalo; se llama Rebeca. Podía explicar muchas vidas, historias, sonrisas, lágrimas, voces, abrazos, paseos, despedidas, saludos, besos, miradas, encuentros, desacuerdos. Pero solo diré: Ella era una gran amiga (hace mas de 8 años que nuestras voces no se escuchan) . Hoy ha vuelto a darme luz. El 9 promete. Grandes caminos se abren, hay que caminarlos!