Tarta de manzana...
Marta
abrió el horno, había preparado una tarta de manzana para Álvaro... Estaba al
llegar. Había quedado que iban a tomar té a las cinco cuando terminará de dar
el taller de cerámica en el pueblo de al lado.
Al
sacar la tarta, su aroma se hizo dueña de toda la estancia; aspiró lentamente el dulce de la manzana caliente... Preparó el porche, puso el mantel de lino en la mesa
de la abuela, dispuso el juego de te marroquí y centró la tarta...
Sentó
su cuerpo en la escalera de la entrada y se regaló una limonada...Miró hacia el
horizonte y sintió el verde de la Montaña del Águila muy cerca de ella, masticó el olor a romero que estaba
floreciendo. Pensó: “debo salir mañana a
recogerlo para hacer saquitos, tisanas, y especias...”
El
reloj de las “golfas” dio la media de las cinco y con el último sonido , Álvaro
aparcó la bicicleta en la valla de la entrada...
.-
Hola Marta… Llego tarde, verdad? Pero siempre hay alguien que tiene mil de
dudas acerca del barro…
…
¡Que bella estas hoy!…. Y veo que la casa va viento en popa, como me gusta esta
casa… Yo te la compraría….
.-
Eso sabes que no es posible…. Lo que sí es posible es que la compartas conmigo…
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