...lo que viene y se va...


Y si alguna vez desaparezco, desaparezco entre mis dudas, entre sus dudas, entre su energía… ¿dónde iría, donde me pondría?
No tengo la respuesta, no tengo la luz a seguir…


Ocurrió un domingo al atardecer… Él llegó y abrió sus brazos, los aleteó, los desplegó en toda su soberbia y por un instante me sentí atrapada por ellos, me sentí ahogada. Al terminar mi cuerpo se vacío de aire, de energía.

Vuelvo sobre mis pasos mientras me pregunto: ¿Que ha pasado? ¿Cómo colocarme ante tanta información? ¿Cuál ha sido la intención?



Y ahí me encuentro….RECOLOCÁNDOME… comenzando el camino de dar las gracias por lo que vino y por lo que se va. 



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