Para toda las Elviras…


Elvira dejaba todas las noches la peluquería bien limpia… Cerraba, compraba la cena para la noche y luego paseaba hasta llegar a su casa.. Mientras paseaba miraba muy atentamente a los ojos de los hombres que se iba encontrando… Por si tenían la clave que ella necesitaba… “este seguro que es!… Yo con este podría cenar… No, mejor con el de la bicicleta…”
Así su media hora de camino se le iban en pensamientos absurdos y sin sentido…
Estaba cansada de las mismas cosas, de la misma gente, de las mismas historias…
Sabía que dentro de poco su vida iba a dar un vuelco pero no sabía hacia que lado…

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