Lejos de él
Ella seguía ahí sin moverse, Gata estaba en su regazo, ronroneaba con tanto gusto que no se atrevía a quitársela...
Mientras, tecleaba en su ordenador una carta a su ex -amante (Ex para ella, él todavía no sabe la noticia):
“Un año entre música, desayunos, calles, restaurantes, miradas y envestidas. Y llegó el fin. No hay sueños. ¿Como hacerle llegar el sentimiento de abandono?, Llevo toda la mañana dándole vueltas y no encuentro la fórmula...”
Dejó el texto a medio terminar, sorbió un poco de te y acarició a Gata, ronroneo.
Que confortable sonido - pensó.
Que buena pista. Como le gustaría que “su” ex -amante también le ronronear…
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